Me siento mal y decido acudir a un especialista a realizarme unos chequeos. Tras varias pruebas, por fin me citan para ver los resultados, «seguramente haya salido todo dentro de la normalidad. -pienso-«. Me acomodo en la consulta, la mirada que tengo enfrente ya empieza a incomodarme pero aún ni entiendo el motivo. Y, ahí llega. Me informa de una enfermedad, al parecer se refiere a que la padezco ¿yo? ¿como puede ser? Ni recuerdo el nombre que le ha dado, «¿es cáncer? – atino a preguntar-«. Comienza a hablar pero no soy capaz de retener ni el 10% de lo que me dice. Creo haber oído que me quedan como mucho 6 meses de vida, no entiendo nada. ¡No puede ser! ¡Voy a morir!
Este es el conflicto de diagnóstico. Evidentemente, la persona tiene un bioshock inicial o conflicto emocional que le llevó a enfermar, a este bioshock hay que sumarle el que se crea en el momento de recibir el diagnóstico. Aquí generamos un impacto emocional que nos lleva a cuestionarnos la vida e incluso a insertar en nuestro inconsciente nuevos programas sobre la enfermedad, el diagnóstico, y el Pronóstico, ¡llegamos a ponernos fecha de partida y nos la creemos!.
Es muy importante trabajar este momento, el momento del diagnóstico, para poder evolucionar en la dirección que buscamos, libres de los programas que hemos creado en ese momento.
Hoy, os dejo una película donde se puede ver perfectamente el momento al que nos referimos cuando el protagonista es diagnosticado de cáncer: