Si hay una emoción que me sorprende es la Culpa. ¿De donde viene? Es una emoción inventada por la manipulación. Desde pequeños nos enseñan como actuar «bien» en cada momento, la religión, la sociedad, el protocolo. No hay elección, o creemos que no debemos elegir nada que se salga de ese guión. En el momento en el que lo que sentimos se aleja de lo inculcado, de lo «bien visto», empezamos a sentirnos culpables, divididos entre la razón y el corazón. Algunos no se permiten nunca ser ellos mismos. ¡Imagínate una vida entera así!

En vez de sentirnos culpables cuando sentimos algo diferente al resto, cuando queremos actuar de forma diferente a lo aprendido, cuando hemos cometido un error, nos ayudaría agradecer esa oportunidad donde nos hemos equivocado o donde simplemente hemos tomado conciencia de lo que somos, como una oportunidad de crecimiento. Inevitablemente, ¡hemos aprendido! Ya no volveremos a actuar del mismo modo porque si no nos gustaron los resultados.

Realmente veo que es una emoción que no tiene ningún sentido, no sirve para nada constructivo. Sentir culpa es volverte vulnerable, es sentirte infeliz, atado, manipulado e inmóvil. No existen culpables, existen experiencias y aprendizajes.  Analiza: ¿Por qué me ha sucedido esto? ¿Por qué responsabilizo al otro? ¿Qué he tenido yo que ver para que esto suceda? ¿Por qué he de sentirme culpable por querer vivir diferente al resto de mi entorno?

Culpamos, nos culpamos y nos sentimos culpables. Entramos en un círculo donde pasamos de víctima a verdugo constantemente.

A veces nos sentimos culpables incluso por no cumplir las expectativas que otros tienen sobre nosotros. ¿Acaso es más importante lo que otros esperan de ti que lo que tú realmente deseas?

La culpa viene de un suceso pasado que está desequilibrando tu armonía presente. El pasado es algo que nunca se va a poder cambiar, que tú te sientas culpable no cambiará el pasado. Lo bueno sería sentirse agradecido por esa experiencia por la que ya no volverás a pasar puesto que lo has aprendido.

Sentirte culpable no va a cambiar tu futuro, actuar desde el aprendizaje realizado sí que te ayudará a cambiar tu futuro.

Cuando te sientas culpable, te aconsejo que te hagas unas preguntas:

¿Qué sentido tiene sentirme culpable por lo sucedido si no lo puedo cambiar?

¿En lugar de sentirte culpable, que podría hacer en ese momento si no me estuviera culpando?

¿Qué puedo hacer, aprender, cambiar para no volver a vivir una situación que me haga sentir así de culpable?

Con la culpa, hemos de trabajar diferentes patrones adquiridos y heredados que nuestro inconsciente ha ido almacenando como pequeños microchips.

Trabaja la aceptación de ti mismo, de tu ser. Elimina toda necesidad de aprobación de los demás, no les des ese poder ya que a la vez, les das una responsabilidad que no les corresponde. La responsabilidad es tuya.

Deshacerte de la culpa es igual a ser libre, a ser más tú. 

¿Dispuesto a ser tú?

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *